El Buscador Mistico
viernes, 23 de abril de 2021
jueves, 12 de octubre de 2017
3 Minutos para la Compasión
Al generar compasión, se empieza por reconocer que no se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la felicidad.
Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión. Así pues, meditemos hoy sobre la compasión.
Empecemos por visualizar a una persona que está sufriendo, a alguien que se encuentra en una situación dolorosa, muy infortunada.
Durante los tres monutos de la meditación, reflexionemos sobre el sufrimiento de ese individuo de forma analítica, pensemos en su intenso sufrimiento y lo infeliz de su existencia.
Después, tratemos de relacionarlo con nostros mismos, pensando: "este ser tiene la misma capacidad que yo para experimentar dolor, alegría, felicidad y sufrimiento". A continuación, tratemos de que surja en nosotros un sentimiento natural de compasión hacia esa persona.
Intentemos llegar a una conclusión, pensemos en lo fuerte que es nuestro deseo de que esa persona se vea libre de su sufrimiento. tomemos la decisión de ayudarla a sentirse aliviada.
Finalmente concentrémonos en esa resolución y, durante los últimos minutos de la meditación, tratemos de generar un estado de compasión y de amor en nuestra mente.
DALAÍ LAMA
lunes, 20 de marzo de 2017
La Traición
Siete veces he despreciado mi alma.
La primera vez, cuando la vi desfalleciente y debía llegar a las alturas.
La segunda vez, cuando la vi saltar ante un inválido.
La tercera vez, cuando le dieron a elegir entre lo arduo y lo fácil, y escogió lo fácil.
La cuarta vez, cuando cometió una falta y se consoló pensando que los demás también cometen faltas.
La quinta vez, cuando se abstuvo por debilidad y atribuyó su paciencia a la fortaleza.
La sexta vez, cuando despreció un rostro feo, sin saber que tal rostro era una de sus propias máscaras.
Y la séptima vez, cuando entonó un canto de alabanza y lo consideró una virtud.
La primera vez, cuando la vi desfalleciente y debía llegar a las alturas.
La segunda vez, cuando la vi saltar ante un inválido.
La tercera vez, cuando le dieron a elegir entre lo arduo y lo fácil, y escogió lo fácil.
La cuarta vez, cuando cometió una falta y se consoló pensando que los demás también cometen faltas.
La quinta vez, cuando se abstuvo por debilidad y atribuyó su paciencia a la fortaleza.
La sexta vez, cuando despreció un rostro feo, sin saber que tal rostro era una de sus propias máscaras.
Y la séptima vez, cuando entonó un canto de alabanza y lo consideró una virtud.
Khalil Gibrán
domingo, 19 de marzo de 2017
El Compromiso
Primero se llevaron a los negros, pero a mí no me importó, porque yo no lo era.
Enseguida se llevaron a los judíos, pero a mí no me importó, porque yo tampoco lo era. Después detuvieron a lo curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó.
Luego apresaron a los comunistas, pero como yo no soy comunista, tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde.
Enseguida se llevaron a los judíos, pero a mí no me importó, porque yo tampoco lo era. Después detuvieron a lo curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó.
Luego apresaron a los comunistas, pero como yo no soy comunista, tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde.
Berlolt Brecht
viernes, 17 de marzo de 2017
La Belleza
Nos proyectamos hacia afuera atraídos por la belleza que vemos en las cosas, sin darnos cuenta de que ellas no son sino reflejo de la belleza real.
Y la belleza real está dentro de nosotros.
Y así, paradójicamente, mientras más nos proyectamos hacia la belleza, más nos alejamos de ella, que está en la dirección opuesta de donde la vemos: está en nuestro interior.
Y la belleza real está dentro de nosotros.
Y así, paradójicamente, mientras más nos proyectamos hacia la belleza, más nos alejamos de ella, que está en la dirección opuesta de donde la vemos: está en nuestro interior.
Ernesto Cardenal
miércoles, 15 de marzo de 2017
Qué Solo Estoy
¡Qué solo estoy, Señor!
¡Qué solo y qué rendido de andar a la ventura buscando mi destino!
En todos los mesones he dormido, en mesones de amor y en mesones malditos, sin encontrar jamás mi albergue decisivo.
Y ahora estoy aquí, solo... rendido de andar a la ventura por todos los caminos.
Ahora estoy aquí, solo, en este pueblo de Ávila; escondido, pensando que no está aquí mi sitio, que no está aquí tampoco mi albergue decisivo.
¡Qué solo y qué rendido de andar a la ventura buscando mi destino!
En todos los mesones he dormido, en mesones de amor y en mesones malditos, sin encontrar jamás mi albergue decisivo.
Y ahora estoy aquí, solo... rendido de andar a la ventura por todos los caminos.
Ahora estoy aquí, solo, en este pueblo de Ávila; escondido, pensando que no está aquí mi sitio, que no está aquí tampoco mi albergue decisivo.
León Felipe
No Confundas
"No confundas la energía con la terquedad, la perseverencia con la obstinación, el ideal con la quimera, el propósito general con la apetencia egoísta, el desapego con la ociosidad, tus aspiraciones con tus posibilidades".
O. S. Marden
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